Es indiscutible que la minería es la principal industria extractiva y la que más contribuye al crecimiento del PBI nacional, no obstante, el complejo escenario de conflictos sociales, la inversión minera creció el 2022 superando muchos desafíos.
El Ministerio de Energía y Minas declaró que en el año 2022, la industria invirtió 48,3% más que el 2021 en las regiones que conforman el sur del país, es decir US$2.591 millones, este número representa un gran avance, por ejemplo, la región Moquegua recibió uno de cada cuatro dólares invertidos y la actividad de exploración representó el 8% de la inversión minera en dicho período que equivale a US$429 millones.
El sector tiene el potencial de seguir creciendo en la medida que los acuerdos entre las comunidades y el estado se normalicen, su rol es convertirse en un aliado para las empresas mineras. Aún no se ha alcanzado los niveles en comparación al 2019 y en comparación a la región, el Perú solo ha logrado concentrar la cuarta parte de las inversiones mineras dentro de la Alianza del Pacífico, por ejemplo, si nos referimos al país vecino Chile estamos a 30% de US$21.612 millones, es decir US$7.860 millones.
El escenario social ha debilitado el grado de inversión de este sector en los últimos 5 años; mientras que en el 2018 ocupábamos el 5° lugar hoy hemos descendido al puesto 42 (fuente Fraser Institute), por debajo de Chile 31, Colombia 29 y México 34.
La inversión futura para nuevos proyectos mineros de cobre de Perú representa el 60% de la de Chile (primer productor a nivel global). Para el período 2022-2030, el monto estimado por el Minem alcanza los US$38.521 millones, mientras que el monto a invertir en Chile es alrededor de los US$65.262 millones.
Entre los proyectos que demandarán más inversión en el Perú están La Granja (US$5.000 millones), El Galeno (US$3.500 millones), ambos ubicados en Cajamarca; Los Chancas (US$2.600 millones), ubicado en Apurímac.
El panorama es potencialmente atractivo para el Perú, no obstante, los paros sociales que impactaron la producción, el cobre fue el único de los cinco principales minerales de exportación que registró un leve aumento (+4,9%). De acuerdo al Minem, la reducción en la producción de Las Bambas (-12,2%) se vio ligeramente compensada con el inicio de operaciones en Quellaveco (Moquegua), así como por el aumento en la producción de Marcobre (Ica).
En el 2022, los mayores envíos correspondieron a las unidades Antamina (Áncash) y Cerro Verde (Arequipa), que concentran el 38% del total nacional, mientras que Las Bambas representó el 14% respectivamente.
Se estima que para el año en curso la tendencia internacional será un mayor consumo de cobre, por lo tanto, existe una gran oportunidad de crecer en la minería peruana, asimismo, Víctor Gobitz, presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, señaló que es esencial que el Gobierno busque reducir la conflictividad social y que se enfoque en las mejoras de infraestructura para el sector y de conectividad para recuperar terreno en la región.
Una mayor competitividad se centrará en la eficiencia operacional y una mejor gestión en la creación de puentes para crear relaciones sostenibles que impacten el desarrollo de las comunidades.
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