La agricultura en el Perú tiene un origen ancestral y se caracteriza por la diversidad de sus productos. El país cuenta con una amplia gama de ecosistemas que permiten el cultivo de diferentes tipos de productos agrícolas, como granos, frutas, verduras y café. Además, existen diferentes sistemas agrícolas en el país, desde la agricultura de subsistencia practicada por comunidades rurales hasta la agricultura comercial de gran escala.
Es un sector que desempeña un papel crucial en la economía del Perú, ya que proporciona empleo, sustento y seguridad alimentaria para millones de personas en todo el país. Sin embargo, el desarrollo y productividad de la agricultura se ve afectada directamente por el cambio climático, siendo nuestro país altamente vulnerable a sus efectos debido a nuestra ubicación geográfica y topografía diversa. De acuerdo al informe de Macro Consult, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riesgo (Midagri) señaló que el valor bruto de la producción del sector agrícola cayó en 8.3% interanual en el mes de mayo (acumulando una contracción de 5% en lo que va del 2023).
Perú es uno de los países latinoamericanos más afectados por los fenómenos hidrometeorológicos, como el Niño, y las perturbaciones atmosféricas oceánicas generadas en el océano Pacífico. Las previsiones para los próximos años no son muy alentadoras, pues se prevé un aumento de las temperaturas y las precipitaciones, y una mayor frecuencia de eventos meteorológicos extremos, lo que afecta negativamente la producción agrícola y pone en riesgo la seguridad alimentaria de la población.
El cambio climático no solo afecta la producción de cultivos, sino también la disponibilidad de agua para el riego. Los glaciares de los Andes peruanos, que son una fuente importante de agua dulce para la agricultura, están retrocediendo rápidamente debido al calentamiento global. Esta situación plantea un gran desafío para los agricultores, que dependen de la disponibilidad de agua para mantener sus cultivos y garantizar su sustento.
Además, también afecta a los trabajadores del campo y a las cabezas de ganado. El calor y la humedad pueden afectar la salud de personas y animales, reduciendo la productividad del ganado para la producción de distintos tipos de alimentos. Asimismo, estas diferentes condiciones meteorológicas traen consigo una mayor exposición a plagas y enfermedades, que, de forma habitual, se combaten con pesticidas. Estos productos degradan la calidad del aire, especialmente cuando se usan en grandes cantidades.
Junto al reto que significa el cambio climático, se suma la baja inversión en tecnología agrícola, lo cual constituye un gran obstáculo que dificulta el desarrollo de la agricultura en el país. La falta de inversión en tecnología agrícola impide que los agricultores peruanos adopten prácticas más eficientes y modernas, lo que afecta negativamente su productividad y competitividad en el mercado.
Es fundamental que se promueva la inversión en tecnología agrícola y se facilite el acceso de los agricultores a estas herramientas. Esto implica la implementación de políticas y programas que fomenten la adopción de tecnologías apropiadas, el fortalecimiento de capacidades técnicas y la creación de mecanismos de financiamiento accesibles para los agricultores.
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