Uno de subsectores claves de manufactura en el Perú es la producción farmacéutica, esta promueve la innovación y la investigación nacional, además permite competir con productos importados de componentes similares, ofreciendo las mismas ventajas de producto.
Lamentablemente no se ha visto una política de apoyo a la producción nacional ni el incentivo al desarrollo de programas de innovación para favorecer la industria de medicamentos peruanos. De acuerdo con las declaraciones de la la Asociación Nacional de Industrias Farmacéuticas Sanitarias, de Suplementos Alimenticios y Dispositivos Médicos (Adifan), la producción farmacéutica peruana podría decrecer entre 1,5% y 3,5% este año 2022, aquí también se considera el total de las ventas de medicamentos en el sector privado.
Es alarmante precisar que el Perú es el único país de Sudamérica que viene decreciendo en este sector, según fuentes estadísticas especializadas de la industria farmacéutica. Al respecto, José Enrique Silva, presidente de Adifan, precisa que estos resultados que se vienen evidenciando en el mercado es producto de la ausencia total de una política industrial farmacéutica que respalde a la industria nacional.
El presidente de Adifan precisó que dada la regulación farmacéutica que se maneja en el Perú, no existen condiciones favorables que permitan impulsar la industria nacional de medicamentos y que por el contrario, la regulación actual desincentiva la producción local y mas bien favorece la importación de medicamentos, sino que además esta asimetría favorece la importación de productos importados de la línea farmacéutica.
Dada la coyuntura actual que en realidad responde a un comportamiento de las reglas comerciales de los últimos años, está afectando el desempeño de los laboratorios en Perú con el peligro de cerrar importantes áreas de fabricación e incluso plantas farmacéuticas que generan miles de puestos de trabajo.
Asimismo, resaltó que desde hace varios años la regulación farmacéutica peruana favorece lo importado al punto de incluso promover la importación de medicamentos de empresas farmacéuticas informales del extranjero que además no estarían pagando los impuestos correspondientes.
Con el objetivo de mejorar la productividad, Silva señala que el sector público deberá trabajar en equipo con industrias instaladas, para que puedan emplear sus recursos progresivamente y fortalecer capacidades con el fin de cumplir con sus otros objetivos orientados a promover, mejorar y aprovechar el capital humano a su alcance.
Ante el escenario actual, las empresas farmacéuticas nacionales deberán evaluar su plan de negocios tomando en cuenta los factores adversos y optimizar el mix de productos, la estrategia comercial, distribución y logística, adoptando soluciones digitales y herramientas tecnológicas que les permita optimizar el desempeño de sus procesos empresariales.
Un aspecto que afecta el valor competitivo de una empresa, son los costos escondidos que se reflejan por una ausencia de soluciones de gestión, es clave revisar los niveles de costos que suelen incrementarse en los productos por una falta de eficiencia en el manejo de procesos que no están 100% digitalizados e integrados.
La industria farmacéutica para lograr consolidarse en un mercado tan exigente y competitivo, debe invertir en tecnología para que las compañías sin importar su tamaño, generen resultados de mayor valor.
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